Por voto popular y democrático via Instagram, estoy hoy aquí para compartirles mi particular manera de materializar mis ideas. Hoy les presento: «Mi proceso creativo«
Antes que nada, y aunque resulte obvio, creo que vale la pena aclarar que el proceso creativo en si no es para nada una ciencia exacta. No es una fórmula matemática con pasos a seguir y un resultado lógico.
Yo acá les voy a contar mi método, pero eso no quiere decir que les funcione a ustedes. Lo que sí voy a tratar de pensar es en situaciones alternativas aunque parecidas a las mias así tienen más opciones de las cuales elegir.
Ahora si, vamos:
#1 – El origen
Materializar una idea resulta una pavada en comparación a GENERAR la idea en primer lugar.
Acá creo que lo importante es estar en el estado mental correcto, estar abiertxs en todo momento y súper perceptivxs al ambiente:
- Sé que ese viaje en colectivo o tren te resulta aburrido y por eso te ponés a ver stories en Instagram o los Trending Topics en Twitter, pero probá no hacerlo. Probá mirar por la ventana, a quienes viajan con vos, a la gente en la calle. ¿Te recuerdan a algo ya vivido? ¿Te preguntás que pasa por sus vidas y mentes? ¿Se te viene a la cabeza alguna historia?
- Otro método que me predispone mucho en lo que es el origen de ideas es escuchar música. Y acá lo podés encarar para 2 lados: Podés concentrarte en las letras, o podés proyectar en tu cabeza imágenes que vayan con esa canción.
- Mi último método favorito son los documentales, películas o series. Si, muchas veces me siento a ver Netflix, apago mi cerebro y dejo que el capitalismo tomé el volante 🙂 Pero otras veces, intento mirar el contenido a consciencia. «¿Qué me parece la estética?» «¿Cómo habrán logrado esa luz?» «El tema que tratan es interesante, me pregunto si se le podría dar una vuelta de tuerca«
Otros métodos que podrian llegar a servirte son:
- Leer libros
- Pasear
LSD
#2 – ¡Eureka!
Si bien es el título del segundo paso, lamento informarte que en los proyectos (y en la vida en general) no hay ningún momento «Eureka» mágico donde todos los planetas se alinean, se abren los cielos y baja eso que tanto deseaste servido en bandeja (Ah, porque se ponía tan específica)
La realidad es que desarrollar una idea lleva su tiempo.
Personalmente, me ha pasado muchas veces de que algo se me ocurra y al siguiente milisegundo lo desestimo porque pienso que es imposible de hacer o porque ya de pensar en el trabajo que va a llevar me da pereza (Y SI)
Pero si esa misma idea, unas semanas después, se me vuelve a aparecer… entonces sé que la tengo que sacar del tacho, desempolvar, y dar una nueva oportunidad. Cuando una idea no se te para de venir a la cabeza, es señal de que es algo que evidentemente querés hacer. Y eso es imposible de ignorar.
#3 – ¿Y ahora?
Listo, conseguiste que una idea te este picando en la cabeza.
Probablemente tengas destellos de distintas maneras de llevarla a cabo, o hasta te surgen ideas paralelas. Lo cierto es que tu cabeza no para. Y acá es cuando necesitamos ORDEN (Hola, Luna en Capricornio)
El método que a mi me ha funcionado maravillosamente son los audios. Si, buscá que tu celular seguramente tenga una aplicación para grabar audio. Y sino te podés descargar alguna.

Hay algo sobre grabar libremente los pensamientos que me encanta. Es dejar fluir 100% los destellos que vengan a tu cabeza sin ningún tipo de filtro.
Quizás haya personas a las que les sirva escribir. Personalmente, siento que eso me frena.
Así que durante más o menos 2 semanas grabo. Grabo los pensamientos iniciales, las ideas alternativas, alguna manera de materializarlo. Grabo todo. Puede ser audios de 30 segundos, de 1 minuto, de 5 minutos.
Más tarde llega el momento de sentarme, escuchar y transcribir. Por lo general intento transcribir todo y luego hago limpieza.
El resultado final mínimamente tiene que determinar la idea central del proyecto: qué es lo que queremos transmitir, cuál va a ser el mensaje. En segunda instancia también ya deberíamos tener una idea de la locación, quizás hasta de quién podría ser la persona que vamos a retratar (si el proyecto involucra retratos) y algunas imágenes específicas.
#4 – Del texto a la imagen
Es hora de empezar a ponerle cara y forma a lo que tenemos por escrito.
Lo primero que hago es buscar imágenes de las primeras palabras que se me vengan a la cabeza. De las más intrínsecas al proyecto. Si quisiera emular la estética de alguna película, por ejemplo, busco imágenes de eso. Con unas 5 o 6 imágenes está bien para arrancar. Las imágenes las podés buscar en TODOS lados: Google, Instagram, Pinterest, Tumblr.
Pero, entonces, me alejo. Miro ese todo desde la distancia. ¿A que me recuerda? ¿Hay algo que todavía no pensé? ¿Algo que pueda incluir? A veces me resulta muy conveniente y útil buscar información más específica sobre los conceptos de la idea. Con mejor contexto y conocimiento seguramente generamos algo más interesante.
Ya con esa segunda introspección, salgo en la búsqueda de imágenes por segunda vez. Pero esta vez de palabras más específicas. Me concentro más en los detalles: ojos, manos, lugares, colores y otras palabras nuevas que hayan surgido de la búsqueda.
Si no llegás a encontrar alguna imagen que no vaya con lo que tenés en tu cabeza, quizás podés probar con dibujarla 🙂 Lo importante es que todo lo que tenés dando vueltas vaya quedando volcado en algún lado.
#5 – Hablando de Roma…
Justo cerré el paso anterior diciendo «Lo importante es que todo lo que tenés dando vueltas vaya quedando volcado en algún lado«. Y es importante determinar cuál/dónde/cómo va a ser ese lado.
Inicialmente lo que hacía era armarme «carpetas» en la sección de «Guardado» de Instagram. Al poco tiempo me empezó a resultar molesto el hecho de que esto limitaba mis fuentes de inspiración a Instagram. ¿Qué pasaba si encontraba una foto de referencia que me gustaba pero estaba en Pinterest?
Entonces, al menos por ahora, cambié a las presentaciones de Power Point (Si, soy una señora) Pero la realidad es que Power Point me deja volcar todo lo que quiero: las ideas y fotos iniciales, especificaciones y demás fotos de referencia.
Ese mismo archivo después lo podés «Imprimir como PDF» y cargarlo en tu celular para tenerlo con vos el día del proyecto. Aunque estés en un lugar sin señal, igual vas a tener tu documento disponible con vos 🙂
#6 – Bajarlo a la realidad
Bueno, ya tenés la idea principal y varias imágenes de referencia. Lograste convertir pensamientos dispersos en un principio de proyecto 🙂
Ahora, pasamos a la siguiente y más hermosa/dificil etapa: Materializarlo.
Mínimamente vas a tener que tener en cuenta los siguientes puntos:
- Qué tipo de objetivo vas a querer usar. Como ya vimos anteriormente, distintos tipos de objetivos dan distintos tipos de imágenes.
- Qué tipo de película vas a usar (obvio sólo aplicable a analógico). Yo ya les había dado una guía sobre cómo elegir el rollo perfecto y también escribí un post sobre todos los rollos que usé hasta ahora, así que eso les debería servir de mucha ayuda.
- Lugar: Seguramente que por las imágenes de referencia que tenés ya sepas que tipo de lugar querés para tus fotos: naturaleza, ciudad, subte, museo, una casa. Haciendo uso de la tecnología, podemos visitar muchos de esos lugares sin movernos de nuestras casas (es decir, sin gastar plata)
- Street View: No puedo enumerar la cantidad de veces que «pasee» por una zona con el Street View de Google. Para zonas del estilo de Palermo que pueden llegar a ser enormes, resulta muy práctico poder recorrer el barrio en un par de clicks.
- Tags de Instagram: Te recomendaron un lugar pero el Street View no llega hasta ahí, ya sea porque no hay calles o porque es en interiores. Podrías entonces intentar ver las fotos que las demás personas hayan sacado ahí. Es más, hasta podés ver fotos recientes.
- Mapa de locaciones: Sé que no está 100% actualizado, pero en mi granito de arena 🙂 Les dejo el link a un mapa que armé en su momento, en colaboración con personas de otras provincias y países, con lugares bellos para ir a fotear.
- Modelos: ¿Tu proyecto incluye personas? ¿Quiénes van a ser? Lo ideal es siempre trabajar con gente que ya conozcas y tengas confianza así la dinámica es más cómoda. En caso de que busques algo en particular, podrías quizás buscar por Instagram o incluso en algunos grupos de Facebook de intercambio. ¿Te acordás el PDF que armaste con toooodas las ideas de tu proyecto? Quizás sea buena idea compartir ese archivo con quienes vayan a participar así están en «la misma sintonía» y saben qué estás esperando de la sesión.
- Ropa: También puede pasar que tu proyecto incluya vestuario específico. Y tus opciones van a depender de tu presupuesto y contactos. Obvio que en un mundo ideal comprariamos toda ropa nueva y tal cual la soñamos, pero en el mundo real hay poca plata y a veces también pocas opciones.
- Canje temporario: Una posibilidad sería acercarte a marcas de ropa cuya vestimenta coincida con lo que estás buscando y, al mismo tiempo, tu proyecto coincida con la estética de la marca. De esa manera, vos tenés tus fotos y la marca tiene material para promocionarse. Todxs ganan 🙂
- Ropa prestada/Ropa propia: ¡A revolver el armario propio y ajeno!
- Ferias américanas: Hoy en día hay muchas ferias que ofrecen ropa a precios súper accesibles. ¡Quien te dice que el vestuario de tu proyecto no está ahí!
- Tela y maquina de coser: Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña. A veces lo que soñamos es tan loco y único, que todavía no existe. En esas situaciones la única opción que queda es CREAR.
- Gastos: Lamentablemente todo en este mundo se reduce a un intercambio de billetes por productos/servicios 🙁 Ya sea rollos, revelado, viaticos o vestuario… alguien se tiene que hacer cargo de los costos del proyecto. Si es algo muy personal, quizás debas hacerte cargo vos. Pero, quien te dice, quizás las demás partes (si es que hay más personas involucradas) quieran cooperar y dividir costos.
#7 – ¡Acción!
¡Felicitaciones! Si llegaste hasta acá, imagino que ya estás 100% listx para encarar tu proyecto ♥ Como último consejo te recomiendo que, a medida que desarrolles tu idea, te vayas haciendo una lista de cosas que necesitás para ese día (rollos, objetivos, ropas, etc, etc, etc) Se que puede sonar irrelevante, pero seguramente ese día estés a mil y vas a agradecer a tu «yo del pasado» por haber cuidado todo el proceso paso a paso 🙂