Si me siguen de cerca, habrán notado que no estuve escribiendo posts ni subiendo muchas fotos (aunque sí algunas stories medio ácidas). Pero por fin estoy lista para compartirles todo lo que pasó por mi mente durante Octubre y, con suerte, alguna que otra lección.
Quiero hacer Fotografía de Moda
Supongo que todo arrancó en Septiembre cuando asistí al «Workshop de Fotografía de Moda y Retrato» de Marina Monaco y Carola Roca (que, personalmente, no lo recomiendo pero si tienen dudas particulares me pueden preguntar por DM)
Fui al Workshop porque, tras hacer varias sesiones de retratos, me empezó a dar curiosidad el mundo de la moda y las producciones editoriales. Aprendí que se puede montar una producción con pocos recursos (que BIEN), pero que básicamente necesitás si o si acceso a modelos de agencias (que MAL)
Y no digo «que MAL» porque sea dificil acceder a esas modelos (de hecho, no lo es) sino porque todas las modelos son exactamente iguales. Pero no es una crítica hacia las modelos sino hacia todo el sistema de moda que determina un standard de belleza y todo se tiene que alinear a eso.
Algunas de las fotos del «Workshop de Fotografía de Moda y Retrato«
Entonces caí en la cuenta de que si quería hacer Fotografía de Moda, todas mis modelos iban a ser iguales. Y ya eso no me gustó. No me creo para NADA importante, pero sí creo que todos contribuimos a algo. Yo no quiero contribuir a prolongar estándares de belleza absurdos. No quiero que alguien entre a mi cuenta, vea esas fotos y se vaya con la sensación de que «no es suficiente«.
Yo venía sacándole fotos a personas súper variadas, y no estaba dispuesta a perder eso. Como así tampoco las charlas que comparto entre foto y foto. Esa fue una decisión bastante fácil de tomar y así fue como me despedí de la Fotografía de Moda.
Sin embargo, podía seguir viendo como las fotos con modelos de agencia seguían (y siguen) recibiendo mucha más atención.
¿Y si hago canjes con marcas de ropa?
Veía que todo el mundo lo hacía y pensaba «¿Por qué yo no?«
Y sin dudarlo, empecé a contactar algunas marcas. Habré llegado a hablarle a 3 marcas cuando paré y dije «¿Qué estoy haciendo? ¿Canjes? Si yo tengo la plata para comprarme la ropa«
Pero, principalmente, «¿Quiero que mis fotos se vuelvan algo comercial? ¿Que reflejen un mensaje que no es el mio?» Me había cegado sin siquiera pensar por un momento que esta modalidad NADA tenía que ver con mi persona.
Trabajé con Agus de «Break The Rules» porque me pareció que su propuesta justamente se alineaba con lo que yo quería transmitir pero, fuera de eso, decidí que no iba a seguir contactando a marcas porque corría el riesgo de estar dejando que otra persona hable y transmita el mensaje por mi.
Voy a mandar mis fotos a Vogue Italia
Por favorrrrrr, ¿qué flashieeeeé? Pero, de nuevo, vi que la gente alrededor mío lo hacía y quise seguir sus pasos
¿Hasta qué punto hacía las cosas por mi y hasta que punto hacía las cosas sólo porque otras personas lo estaban haciendo?
Me cansé de enviar fotos a Vogue que para mi tenian un enfoque interesante. Tardé en darme cuenta que Vogue, al igual que el ámbito de la Fotografía de Moda, sólo se rije por una única vara de belleza.
Las 2 únicas fotos que Vogue me aprobó
¿Qué onda con los «Likes» y los seguidores?
La escena siempre era parecida: Subía una foto que me encantaba, a la hora entraba a Instagram… 50 «Me gusta». Se que puede parecer mucho para algunas personas pero, teniendo en cuenta que tengo más de 5,000 seguidores, es poco.
Y hablando de los seguidores: Por alguna extraña razón pierdo de a 10 mínimo por día. ¿Por qué? No hay porque
El problema es que una vez que empecé a notar estos números, me obsesionaron. Y no sólo mis números, sino lo de los demás. Y les resentía, y me sentía mal yo.
Definitivamente una experiencia que no le deseo a nadie.
Con TODAS esas cosas en la cabeza arranqué Octubre. Y la sombra que me cubría era tan grande que ya era innegable y me negaba a dejar que siga creciendo ¿El sueño de quién estaba cumpliendo? ¿Para quién estaba sacando fotos? ¿PARA QUÉ?
¿Hasta qué punto estaba sacando fotos a ciegas, sin ningún rumbo, salvo el reconocimiento o gratificacion externa? Me di rechazo, y tuve que poner un freno.
No estuve sacando fotos, no estuve escribiendo para el blog. Simplemente me senté a pensar, a contemplar, a nutrirme de lo que me hace feliz. Y decidí que no quiero que este cable a tierra que tengo se convierta en una obligación/trabajo más.
Tengo la fortuna de tener un trabajo estable que es el que me da plata todos los meses. Y sería mi SUEÑO poder dejar todo para dedicarme a la fotografía pero, mientras tanto, quiero aprovechar que no tengo presiones externas para jugar con este momento y hacer realidad producciones que todo este tiempo estuvieron en mi cabeza.
Este fin de semana hice una producción que yo queria. Y se sintió espectacular. Sacamos las fotos el Sábado, y era Domingo y yo todavía seguía sonriendo.
Muestras previas de las fotos que todavía están por venir. Siempre saco fotos con el celular desde el visor de la cámara 🙂
Y ahí todo me cerró. Toda esa sombra negra. Ese Octubre de silencio y recapacitación. Pensar y re-pensar. Poner un freno y cambiar de dirección si es necesario. Y ERA necesario.
Bienvenida, Andrea Inés 2.0 🙂
Una respuesta para “Las Trampas Mentales en las que Caí y cómo me tuve que re-descubrir para volver a ser Feliz fotografiando”
Los comentarios están cerrados.